Algunas viejas prácticas del comportamiento social resisten a cualquier intento de renovación, o al menos de reflexión. Muchas de éstas se reflejan y resguardan en el refranero y la fraseología popular y nos pueden ayudar, en parte, a entender el atraso de una sociedad negada para innovar conductas que le permitan una maduración social.
Frases como “en boca cerrada no entran moscas” o “más vale ver, oír y callar” son recomendables si no quieres ser uno más de los objetivos de la cultura de la cancelación. Algunos aún piensan que estas frases son para la espiral de agradar a todos… callando.
Los hay quienes presencian a diario malos tratos de un jefe o una jefa hacia un subalterno. Callan para conservar su empleo, callan porque aprueban ese tipo de conductas, mientras no les toque a ellas o ellos.
Los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) indican que el acoso laboral afecta a 44 de cada 100 trabajadores en México que padecen maltrato psicológico, amenazas, humillaciones y hasta agresiones físicas de parte de algún jefe o compañero de trabajo. Tan sólo en 2022, 109 mil 319 personas abandonaron su empleo por mobbing.
La exhortación es siempre a guardar silencio.
También hay individuos testigos de malos tratos a personas de la tercera edad. Callaron “porque no era su problema”, pensaron que era muy complicado tratar con “viejitos” en lugar de detener la agresión o simplemente se consolaron diciéndose que todas y todos llegaremos a esa edad. Ninguno intervino.
La Encuesta Nacional sobre Discriminación (Enadis 2022) revela que en nuestro país a 4 de cada 10 personas mayores, en los últimos cinco años, se les negó injustificadamente alguno de sus derechos, entre estos el de acceso al empleo. En el mismo estudio, 7 de cada 10 mujeres de 60 años declararon que fueron discriminadas por su edad.
Muchas personas observan a diario ataques físicos o verbales hacia alguna persona de la comunidad Trans. Al igual que los anteriores, participaron del ataque guardando silencio, a pesar de que en México tener una identidad u orientación no normativa aumenta la probabilidad de la negativa a un empleo y de sufrir algún tipo de violencia en los centros de trabajo, según reporta el Informe Mensual sobre el Comportamiento de la Economía de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami).
Quizá la mayoría de la población conoce la historia de una mujer violentada en su entorno privado. Una hija agredida por sus padres, una hermana violentada por el resto de los hermanos, la compañera de trabajo vejada por su pareja, una mejor amiga en violencia intrafamiliar. ¡No es mi bronca! Mejor callar.
En el caso de las niñas y adolescentes de 0 a 17 años la violencia familiar es el delito que ocurre con más frecuencia. La violencia familiar ocurre aproximadamente el doble de veces en las niñas que en niños y se incrementa conforme las mujeres crecen, mientras que en hombres disminuye durante la última etapa de la adolescencia, precisa el Censo Nacional de Procuración de Justicia Estatal (CNPJE, 2023).
Silencio es complicidad.