El Lado B de la Familia
- Gabriel Zaldívar
- 29 jul
- 2 Min. de lectura
El lado A de la Familia, su visión romántica, niega que ahí se producen, y luego reproducen, hábitos y conductas perniciosas para el libre desarrollo de la personalidad. Las vejaciones atroces se apoyan y encubren, se pasan de largo los comportamientos lejanos de la moral social que resultan en perjuicio para otras personas del espacio público “que se vieron involucrados”.
El discurso mediático también satura con estas narrativas a sus audiencias. En este caso, lejos de la exaltación que hace de lo positivo, aborda el Lado B con intenciones moralizantes, formadoras de conciencia social, reflexivas, comprensivas, intentando encauzar, hacer catarsis, hacernos pensar que así son muchas… pero con un discurso de final feliz.
Las historias presentadas por los medios de comunicación son las de siempre: el menor golpeado por la madre o el padre que se hizo viral, el abuso sexual al o la menor por parte de su cuidador, el parricidio provocado por la herencia negada, las hermanas y los hermanos en pleitos por los bienes materiales de padres y madres, suegras participantes de la violencia contra sus nueras o yernos, la familia de cantantes peleando en los noticieros del espectáculo, la descomposición y decadencia moral de las familias de las clases altas de México, entre otras.
Datos de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) indican que México es el primer país del mundo en abuso sexual de menores y la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (CONAVIM) refuerza el drama informándonos que el 90% de ataques perpetrados contra las niñas se produce en el interior de los hogares y en el entorno familiar.
La carta programática de los medios de comunicación, tradicionales o digitales, se llena en todas sus fórmulas de historias como las anteriores, circunstancias que ocurren en la realidad de las personas. ¿Las personas aprenden de los medios de comunicación o los medios de comunicación aprenden de las personas?

Mientras las y los integrantes de la familia se diluyen en los discursos mediáticos y viven atrapados en la realidad digital sus jóvenes de 12 a 29 años registran situaciones de conflicto o peleas entre miembros del hogar, reporta la Encuesta de Cohesión Social para la Prevención de la Violencia y la Delincuencia (ECOPRED), y sus mujeres ancianas experimentan violencia por parte de familiares o convivientes según la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH, 2021).
El Lado B de la Familia se caracteriza por su violencia interna: un acto de poder u omisión intencional dirigido a dominar, someter, controlar o agredir física, verbal, psicoemocional o sexualmente a cualquier integrante de la familia, dentro o fuera del domicilio familiar, (Comisión Nacional de Derechos Humanos, CNDH). Lo que coloca a la Familia en el tercer lugar en incidencia nacional de delitos.
Las ladies y los lords de vidas breves en lo digital, los narcocantantes que un día son exitosos, las familias del espectáculo cuyos hombres y mujeres se acusan en prime time de robos de ideas y patrimonio por hermanos y padres, los asesinos a sangre fría de novias, amantes y esposas, todas y todos ellos son, primero, personas de alguna familia.