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Otro hombre es posible

  • Foto del escritor: Gabriel Zaldívar
    Gabriel Zaldívar
  • 24 jun
  • 2 Min. de lectura

Hay formas distintas de ser y autorrealizarse como masculino lejanas a la tóxica masculinidad tradicional. Llamadas estas Nuevas Masculinidades carecen aún de forma, por lo que algunos autores las llaman Híbridas.


Estos masculinos híbridos son seres que toman conciencia de sí mismos o las circunstancias los obligan a ello, baste revisar los estudios previos cuyos ejes temáticos van del impacto de la situación económica sobre el funcionamiento del hogar hasta el papel de las tecnologías en la construcción y deconstrucción del género, entre otros. Este proveedor ya no puede proveer y necesita ayuda.

Profesor, Investigador, Consultor, Empresario, Gabriel Zaldívar, Comunicación Estratégica, GZComunicación, Comunicación de Vanguardia, Comunicación, Estrategia, Vanguardia, EscalaHumana Macho Masculino

Otros patrones de comportamiento aparecen en estas Nuevas Masculinidades, no todos de manera simultánea. Nuestro hombre alternativo comparte una tarde con sus hijos porque su esposa tomará un día de amigas con la misma facilidad que reconoce, expresa y transmite sus emociones. Este, a veces conflicto, significa un reaprendizaje.

Con los hogares mexicanos con un mayor número de mujeres proveedoras cada día ¿será que ellas están –sin darse cuenta- colaborando en este proceso de hibridación de nuevas masculinidades?, ¿si ellas –las madres- juegan un rol fundamental en la perpetuación de la masculinidad tradicional, será que ahora han decidido tomar un rol activo en la trasformación en tanto víctimas de sus productos?, ¿serán conscientes del impacto identitario que su incorporación –forzosa o elegida- a las esferas públicas está provocando en la definición del género masculino?

El híbrido masculino cuestiona el patrón anterior de hombría para confirmar la dinamicidad perdida de la masculinidad, descubre las posibilidades de la complementariedad, es liberado de las profundidades de la virilidad, se relaciona de maneras distintas con su entorno social, está dispuesto al olvido o la ignorancia de los mitos y estereotipos.


Genéricamente aún hibrido, este hombre entiende de la seguridad emocional con los otros más que en el dominio de los otros, al menos, está dispuesto a ensayar nuevas formas de ser hombre, está alcanzando su propia subjetividad, su trascendencia sobre sí mismo.


Esta subjetividad, acopio y utilización de conocimiento, es profundización para la actuación en el mundo que ha sido trastocado por un sistema, por sus instituciones de control históricamente orientadas a la eliminación de esta subjetividad, a la construcción de un individuo que se niega a sí mismo.


Salir de la objetivación es dejar de ser objeto del discurso de los otros, dejar de ser referencia para convertirse en acción. Es tomar la decisión de controlar el propio destino, en resumen: objetivar el deseo.

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