Guanajuato es uno de los nueve estados que tendrán elecciones en el 2024. A juzgar por su estancia en los primeros lugares de violencia nacional, dado el número de homicidios dolosos, cumple a cabalidad con la frase de que allí la vida no vale nada. Los resultados del Partido Acción Nacional (PAN) en dicha entidad asustan.
Hace unos días, en entrevista para Grupo Imagen, el subsecretario de empleo y formación laboral de la Secretaría de Desarrollo Económico del Estado, Enrique Sosa, sostuvo que el cliente más importante para el gobierno estatal son los empresarios y priorizó a los ciudadanos en segundo lugar.
Los datos respaldan lo declarado por el funcionario estatal. El Sistema Nacional del Secretariado Nacional de Seguridad Pública, con registros aportados por la institución estatal de procuración de justicia, coloca a Guanajuato como uno de los seis estados más violentos del país en 2022. Completan el cuadro de honor de 2022 el Estado de México, Michoacán, Jalisco, Chihuahua y Baja California. En lo que va del 2023, de enero a mayo, Guanajuato es el estado número uno en homicidios dolosos y al corte de septiembre muestra un aumento del 18% con respecto a agosto.
La pobreza moderada en el bastión panista disminuyó en 2020 pero en 2022 regresó a los índices de 2018. En la lista de los 100 municipios con más población analfabeta, Guanajuato ocupa un lugar destacado por tener 12 en dicha situación, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Tres de sus problemáticas centrales, después de la violencia, son la falta de agua, la corrupción y el desempleo.
Las cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), de 2018 a 2020, muestran que en Guanajuato creció el rezago educativo, disminuyó el acceso a la seguridad social, decreció la calidad y espacios de vivienda, aumentó la vulnerabilidad por ingresos y se incrementó la pobreza extrema y la pobreza.
Las autoridades gubernamentales, encabezadas por el gobernador Diego Sinhue invierten elevados recursos en publicidad sobre sobre su gobierno y gastan sumas considerables en eventos con coberturas de medios nacionales (¿pagadas?), más la transmisión de espacios informativos nacionales desde su estado (¿pagados?). Venden el discurso de un Guanajuato ideal como imaginario polo de desarrollo y vanguardia.
Si a partir de las declaraciones del funcionario del gobierno de Diego Sinhue su cliente principal es la empresa, los resultados sobrevendidos esconden el drama humano de las condiciones de vida de los pobladores que contribuyen a dichos logros. La declaración del tal subsecretario olvidó –o así opera el gobierno del panista Sinhue- que en una democracia se llega al poder por el voto ciudadano.
En Guanajuato los grupos de intereses económicos ponen, aprueban y co-gobiernan con los funcionarios panistas poniendo en segundo plano a votantes que de buena fe o mucha ignorancia los eligen. Las y los ciudadanos de la cuna de la Independencia deben exigir cuentas a estos empresafuncionarios o mantenerse en la línea de caída.