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  • Foto del escritorGabriel Zaldívar

Nexos: intelectuales perdiendo

Actualizado: 26 ago 2020

En días recientes la Secretaría de la Función Pública (SFP) inhabilitó a la empresa Nexos, editora de revistas y libros entre otros productos, para recibir fondos gubernamentales en ocasión de falsificar un documento para acceder a pagos por publicidad de parte del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). La medida, discutible por el monto de la multa y la magnitud del “castigo”, pone de relieve el papel de los autonombrados “intelectuales” frente al poder político.


Históricamente, en una revisión por épocas, constataremos la debilidad de artistas e intelectuales por los hombres y mujeres del poder económico y político. Creando lo que al rey, emperador y/o gobernante agrada, los artistas e intelectuales podían dar rienda suelta a su trabajo. Quizá un ejemplo de alta visibilidad es el mecenazgo de la Iglesia Católica a lo largo de su historia, con pintores, escultores, escritores y científicos.


Estos personajes eran afectados cuando el poder cambiaba de manos. Algunos contaban con las habilidades y/o relaciones para acercarse al nuevo emperador y, de nuevo, hablarle al oído para ser recapturados por las jerarquías y continuar su producción.


Alternaban su creación con loas a quien pagaba sus cuentas y algunas disimuladas críticas, pero lograban acceder a círculos sociales o incluso pertenecer a ellos y cometer algunos “pecadillos” que el mismo poder pasaba por alto.



Las costumbres de estos “intelectuales” cambiaron poco, y en México no hay excepción. Los casos se acumulan en el periodismo, el cine, el teatro y el resto de la producción artística, académica e intelectual. Algunos fijados en mi memoria, en el México posrevolucionario, son Salvador Novo, Carlos Denegri, Carlos Fuentes, Enrique Krauze y decenas más.


Hábilmente, el grupo Nexos, entre quienes se visibilizan Héctor Aguilar Camín, Ángeles Mastretta, Héctor de Mauleón, Esteban Iliades, María Amparo Casar, Soledad Loaeza, Rafael Pérez Gay, entre varios, desviaron la atención del conflicto legal hacia un tema de censura.


Así, oportunistas de camino y compañeros de batalla apoyaron la desviación del tema hacia la censura, publicando enardecidos mensajes de apoyo y solidaridad. La cantidad de apoyos recibidos para la revista, cuya asidua publicidad es la de Coca Cola Femsa o la de BBVA fue, por mucho, superior a la cantidad de lectores que realmente tienen. ¡Así son las modas!

Sobre su director hay mucha información reproducida por otros periodistas en cuyas memorias se narran las cuitas de Aguilar Camín con el poder, particularmente en la época de Carlos Salinas de Gortari, así como varios millones de pesos destinados por el erario público para publicidad y/o proyectos de sus empresas. Dinero que ahora ya no llega.


El problema de hacer “éxitos” al amparo del poder, es que en un giro de la rueda de la fortuna el poder cambie de manos. Entonces, de la censura al juego del poder las distancias son muy cortas.

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