Los martes recientes la estrella de la conversación nacional ha sido Alejandro Moreno Cárdenas, alias Alito, presidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
El Martes del Jaguar es una tertulia transmitida por plataformas digitales, encabezada por la gobernadora del estado de Campeche, Layda Sansores. Con todo y la polémica e ilegalidad sobre la obtención de las grabaciones de Alito, doña Layda es una conversadora espectacular.
Layda Sansores a sus 77 años nos hace desaprobar a quienes piensan que la edad es sinónimo de inutilidad, que los viejos para poco sirven o que en la tercera edad es mejor la resignación a dejar las cosas como son y están. Sansores sigue pensando que el mundo puede ser un poco mejor.
Recurrentemente, en los martes últimos, la gobernadora de Campeche reproduce conversaciones de Alito que reflejan la descomposición social en la que vivimos. La clase política, por ahí aparece Marko Cortés presidente del Partido Acción Nacional (PAN) haciendo segunda al líder del PRI, es un grupúsculo que se enriquece con el dinero del Estado mexicano.
Los grupos empresariales también son protagonistas de las aventuras de Alito. En los audios filtrados conocimos las acciones de los Ramírez, dueños de Cinépolis, y de Michel Bauer, directivo de Televisa, que daban y/o recibían dinero para apuntalar campañas políticas, cobrar publicidad sin la mediación fiscal o inyectar recursos para causas a conveniencia. Una clase empresarial producto de las décadas recientes.
El periodismo y sus hacedores también van con el PRI de Alito y de Va por México (PAN, PRD y Claudio X. González). López Dóriga, Ciro Gómez Leyva y Rafael Cardona fueron los aludidos. López Dóriga tiene ganada la fama de corrupto, recordemos aquel desencuentro con Aramburuzabala. Ciro Gómez Leyva posee un historial similar y documentado. Rafael Cardona destaca en la lista de periodistas receptores de enormes recursos en el sexenio anterior, su permanencia en la nómina del Estado de México y en Foro Tv con sus correligionarios Mario Campos, Claudio Flores y Javier Tejado Dondé.
Pero las mujeres no quedan fuera de la trama en los audios del tal Alito. En precisiones de la gobernadora de Campeche, las fotos comprometedoras de las mujeres del PRI en las cámaras forman parte de la colección privada de los archivos de Moreno Cárdenas. Ellas de inmediato se dijeron víctimas en razón de género ante los atropellos de doña Layda, cuando las fotos las mandaron ellas al líder del PRI y no fueron exhibidas por la gobernadora.
Se suma a lo anterior el florido lenguaje de Alejandro Moreno Cárdenas, imaginamos que aprendido en las escuelas de cuadros del PRI que los dirigentes del PAN entienden bien, así como los métodos para someter a los adversarios, las triquiñuelas para burlar la legalidad y hasta los amparos obtenidos de inmediato para silenciar a los detractores.
Alejandro Moreno Cárdenas “Alito”, presidente del PRI, no es villano, vulgar, gandalla, ladrón ni corrupto, sino un producto ejemplar del sistema político, económico, social y cultural que lo construyó. Los empresarios, los periodistas, las mujeres priístas, las y los militantes del PRI, los medios masivos de información, la clase política de México, producen cosas como Alejandro Moreno Cárdenas “Alito”.
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